Hace unos años, un amigo jurista, mientras discurríamos, (ya saben que el viajero Ninja me regaló el verbo “discurrir”); me enseñaba una gran diferencia, la que existe entre algo que puede ser legal, pero no justo, y en algo que por más que sea justo, no es legal.
Antes que nada, siempre estaré del lado de la legalidad, si quiero hablar de un Estado de Derecho, debo antes que nada respetar la legalidad y las instituciones; pero también tengo el derecho a pedir a mi parlamento, electo por los ciudadanos, representantes del poder de la sociedad, a que la legislación sea lo más cercana posible a la justicia, para que las cosas que sean legales, sean lo más justas posible.
Y ya dese aquí, aún sin comenzar, ya nos encontramos un dilema: El concepto de Justicia “dar a cada quien lo que le corresponde” en contraposición con el concepto de igualdad, que es “todo igual para todos” (sin importar si se lo merecen o no) , un poco semejante a las teorías del comunismo, o el reencauchado socialismo del siglo XXI, ideas tan simples que abren un abismo entre dos doctrinas de pensamiento, que muy pocas veces tienden a converger.
Estos concepto lo extrapolo al calendario electoral actual, y para no extenderme mucho, no veo en la oposición al gobierno militar venezolano, ningún planteamiento de re-democratización del país; ni tampoco la recuperación del Estado de derecho, de la legalidad y la justicia, y de la reconducción con un proyecto de país paso a paso, punto a punto, y no puedo concebirlo, si desde primaria, y luego en las Universidades para ser Diplomados (TSU), Licenciados, Másteres, Deas, y Doctores, nos piden elaborar sendos proyectos, cada vez más avanzados e incluso más analizados y con mayor grado de complejidad, ¿Cómo es posible que quién pretende dirigir un país ni siquiera tiene previsto un proyecto de Estado concatenado, que desarrolle la República?¿Cómo es posible que hasta para licitar en una concesión pública nos piden demostrar "el impacto" de nuestro proyecto para la mejor gestión posible de esa concesión, y para dirigir un país no presentamos ni una sencilla agenda?
Veo las mismas caras de siempre, moviendo las manos como siempre, con grupúsculos de interés como siempre, que compiten contra un dictador, (triste aquí decir como siempre pero son 11 años ya), sin proyectos, solo con bozales de arepa, cuatro promesas baratas, dos kilos de pollo, y mucha cerveza; es como una competencia por llegar primero al suelo cercano a la piñata en una fiesta de niños, más que un compromiso visionario del país que podemos tener… ¿y el país? Bien gracias, ya votó, con “bits” muertos, y papeletas que como “muertas” van a las “urnas” electorales… ya las quemarán… no pasa nada.. En fin, que sigo viendo en estos partidos aspiraciones "legales"... pero muy poco justas para con nuestra sociedad... pero como dice el nombre de mi blog... es mi punto de vista...
"HACIA LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL"
JESÚS E. MARTÍNEZ MARÍN.
